viernes, 30 de julio de 2010

Ruta del Vino y Don Pelayo


Día 1. Murcia - Albarracín (370Km)

Es sábado, nuestro hijo acaba de partir hacia su campamento de verano con los Scout y nosotros nos vestimos de moteros, arrancamos la Sportster ya cargada desde la noche anterior y nos ponemos en marcha.



Las carreteras del país campeón del Mundial de fútbol 2010 nos esperan. Partimos rumbo hacia el norte ya que queremos recorrer toda la cornisa cantábrica y la costa gallega y para eso antes hay que cruzar otras comunidades autónomas.

Nuestro primer destino "Albarracín".

Pero antes salimos de la Región Murciana y entramos en la Comunidad de Castilla la Mancha y posteriormente en la Valenciana donde vemos el primer gran río de esta ruta, el Jucar y sobre éste la Central Nuclear de Cofrentes.


Con el calor ya apretando de lo lindo llegamos al pueblo de Sinarcas, repostamos la moto y en una plaza del pueblo comemos el bocadillo que la copiloto había preparado. En esos momentos había entrenamientos de Moto GP y Joge Lorenzo rompía el motor de su Yamaha provocando un espectacular incendio.

Reiniciamos el viaje camino de Teruel. El paisaje va cambiando paulatinamente e invita a parar y fotografiarlo. La felicidad de estar de nuevo en ruta nos va inundando y la sonrisa se instala en nuestras caras.

Más aún cuando vamos comprobando que todas las calles de los pueblos por donde vamos pasando están engalanadas con la bandera nacional, sin duda a consecuencia del logro de nuestra selección y que los paisanos se resisten a retirar, exteriorizando así el orgullo de ser y sentirse español, algo que a veces olvidamos o intentan que olvidemos.
















Entramos en Aragón, pasamos por Teruel y llegamos a Albarracín cuando todavía el día es joven, instalamos la tienda en el camping, nos duchamos y nos vamos a dar una vuelta por el pueblo. Bastante bonito pero demasiado "moro" para mi gusto, jajajaja. Aprovechamos para dar también una vuelta en moto por los alrededores para mi gusto mucho más interesantes.


































Cenamos en el camping y nos metemos en la tienda a dormir. Por cierto, el camping muy tranquilo, muy limpio y por tanto muy recomendable.


Día 2. Albarracín - Haro (375 Km)

Madrugamos y nos ponemos en marcha en dirección a La Rioja.

Hoy el calor aprieta desde primera hora. Pasamos por Calatayud y Soria mientras tarareamos el inmortal tema de Gabinete Caligari.

Entramos en La Rioja por la Sierra de la Cebollera con un regalo inesperado y no es otro que el puerto de Piqueras y el oasis que conforma el túnel que lo atraviesa. Y es que de ir abrasándonos en la carretera al entrar en el túnel la temperatura baja como mínimo 20 grados lo que nos ofrece unos minutos de verdadera felicidad. Tanta que volvemos a pasarlo y aprovechamos para comer a la sombra de las instalaciones de conservación de la carretera.




















Aquí comenzamos a circular junto a quien dará parte del nombre de esta ruta y no son otros que los viñedos (en este caso de La Rioja). De verdad que serán muchos cientos de Km los que circularemos junto a estas plantaciones a lo largo de toda esta ruta.




Por aquí también el sol aprieta de lo lindo, así que hay que aprovechar cualquier oportunidad para parar, refrescarse y estirar no solo las piernas.


En principio nuestro destino es Haro y su camping, camino del que pasamos por algunas de las más renombradas bodegas de vino de esta comarca.
Llegamos al camping pero desgraciadamente nos encontramos con algo parecido a una ciudad y con tanta gente y tanto bullicio que pensamos que ese no es el lugar donde queremos pasar la noche, así que damos la vuelta y nos vamos a unos 20 Km donde acampamos en el camping de Ameyudo.


Es un camping en un lugar precioso pero he de decir que actualmente no debería ser catalogado como camping. Seguro que lo fue en la década de los 80, pero hoy no.
En la actualidad es una urbanización de casas prefabricadas y caravanas ancladas al suelo, todo muy bien cuidado y con un ambiente muy cercano al de un pueblo ya que hay gente que vive permanentemente aquí y según nos comenta uno de ellos hay gente que se conoce en el lugar desde hace por lo menos 30 años.
Quizás por eso mismo los servicios del camping dejaron de mantenerse y en la actualidad no cumplen con los requisitos mínimos de limpieza y mantenimiento.
Cuando nos vamos a la cafetería a cenar nos pasan a un estupendo restaurante donde cenamos muy bien aunque recibimos el primer "peinado" de estos días.

Despues de dar un paseo y de visitar el "famoso" monumento al pastor, nos vamos a descansar.



Día 3. Haro - Boo de Piélagos (220 Km)



Hoy entramos en Castilla y León los paisajes siguen siendo espectaculares y ademas conocemos al famoso río Ebro.




Tras unos espectaculares Km y una carretera más que estupenda llegamos a Cantabria rodeados de verde y agua.



La entrada en Cantabria no puede ser más espectacular. Un paisaje que te deja con la boca abierta sobre todo a los que somos del sur. Unas pocas imágenes reflejan mucho mejor lo que quiero expresar.







Llegamos a Laredo y aprovechamos para tomarnos un par de cañitas en la orilla de la playa.
Las calles siguen invadidas por la bandera nacional, es un gustazo ver que la gente sigue permitiendo que la bandera ondee en sus balcones y ventanas.


De Laredo a Boo de Piélagos donde nos esperan Javi y Beatriz, queridos amigos que desde Alpedrete hicieron lo contrario que nosotros y que no fue otra cosa que subir en el mapa e instalarse en esta pequeña localidad de Santander.
Tras engullir una copiosa fabada que nos había preparado nuestra anfitriona por la tarde paseo por la ciudad, cervecita en el faro y por la noche barbacoa con una más que estupenda compañía. Desde luego poco más se puede pedir y solo deciros Javi y a Beatriz que os queremos.



Día 4. Boo de Pielagos - Arenas de Cabrales (100 Km)


Tras despedirnos de nuestros amigos, cogemos carretera y despues de pasar por Santillana del Mar y San Vicente de la Barquera entramos en la añorada Asturias, para mi la más bonita zona de España y la cuna de quien también da nombre a esta ruta y no es otro que el gran Don Pelayo.
Heroe español que inició la desparasitación de aquella España y que culminaron Los Reyes Católicos unos cuantos años después aunque no con la asepsia que yo hubiese querido.
Solo espero que ante esta nueva infección el ADN de Don Pelayo despierte y que se ponga de nuevo "manos a la obra".

Bueno, despues de este breve discurso amenizamos el momento con unas bonitas imágenes:






El orgasmo se intensifica cuando penetramos en el Parque Nacional de los Picos de Europa, sobre todo cuando los recorremos a bordo de nuestra Sportster que sigue portándose como lo que es UNA CAMPEONA.
Creo que las imágenes lo dicen todo.



Después de saborear como niños los Kilómetros de carretera que suben junto al río Cares llegamos al camping con el temor de que la multitud lo tuviese invadido.

Incrédulos vemos que el camping está muy tranquilo y apenas ocupado, así que más que contentos nos instalamos. Ante el temor de que la lluvia que amenazaba se decidiese a caer y como durante la noche ocurrió, nos decidimos por alquilar una cabaña de madera. 43€ la noche no vemos que sea un precio excesivo.





Con hambre de devorar el Parque Natural nos ponemos en marcha.

Volviendo sobre los pasos que hace un rato nos llevaron al camping cogemos la N-621 y después de disfrutar con una carretera que no conocíamos llegamos a Potes, donde coincidimos con un grupo de moteros de Barcelona y alrededores.



Comemos un más que estupendo menú en el pueblo y nos dirigimos a Fuente De, donde subimos en el teleférico.
Subimos por lo menos al Everest 2.0, yo calculo que unos quince o dieciseis mil metros de ascensión, ..... y sin exagerar lo más mínimo.




Después de la dura ascensión volvemos al camping a recuperar fuerzas, aprovechamos lo que queda de tarde para relajarnos, hacer la colada y cenar en el porche de nuestra mansión.



Día 5. Vuelta por los Picos de Europa (275 Km)


Ansiosos por el precioso día que nos espera nos levantamos, desayunamos en el camping y nos ponemos en marcha.

Esta vez en el sentido contrario tras pasar por Onís llegamos a Soto de Cangas y nos desviamos en dirección a Covadonga.


Poco a poco las nubes nos van envolviendo a medida que vamos ascendiendo y comienza a llover débilmente lo que nos obliga a sacar la ropa de agua por primera vez.



Antes de visitar a nuestro héroe y el lugar donde la divinidad le comunicó la trascendental misión que le había sido otorgada, intentamos subir hasta los Lagos. Pero antes de llegar tenemos que desistir porque la visibilidad es prácticamente nula y para llegar y no ver nada no merece la pena arriesgarse.

Así que nos vamos a ver la cueva, la basílica y la estatua de Don Pelayo.




Dejamos el santuario donde "todo comenzó" y volvemos a coger una espectacular carretera por la que circulamos absolutamente solos y que nos permite ir parando tranquilamente en multitud de lugares más que especiales.




Llega la hora de comer y no se nos ocurre otra forma mejor que hacerlo perdidos en semejante paraíso y degustar el queso típico de la zona y la mejor forma es parar en un bar de la zona y pedir que nos hagan un par de bocadillos de queso y de jamón, un poco de queso de cabrales que habíamos comprado en el pueblo, un par de cocacolas y la carretera como mesa.






De nuevo aparece la lluvia y debemos enfundarnos en los plásticos por segunda y última vez en esta ruta.



Tras pasar por Oseja de Sajambre intentamos subir hasta Soto de Valdeón pero de nuevo las impenetrables nubes nos lo impiden y tenemos que seguir la carretera nacional hasta Riaño y de ahí a Portillo de la Reina.




Tras pasar la localidad de Portillo de la Reina volvemos a subir y de nuevo las nubes y el agua nos envuelven, aunque esta vez no hay marcha atrás y las atravesamos.


Triunfantes después de la batalla paramos para cantar victoria y para escurrir todo el agua que nos sobra.



Y así de contentos llegamos al camping y nos disponemos a saborear una buena copa de vino mientras disfrutamos de las vistas.



Poco después cenamos en el camping y tras un paseo cerramos los ojos para volver a disfrutar con lo vivido y soñar con lo que aún nos queda por vivir.


Día 6. Arenas de Cabrales - Cabo de Peñas (150 Km)


Ascendemos de nuevo hacia la costa y nos dirigimos hacía Villaviciosa donde tras pasar por las bodegas de Sidra El Gaitero paramos para tomar un café y absorber algo del bonito sol que radiaba en el cielo y que necesitábamos para calentar nuestros fríos huesos.



Volvemos a la carretera que de nuevo nos abre la boca y nos impide cerrarla.



Además del paisaje disfrutamos de la fauna autóctona que se encuentra perfectamente adaptada a las condiciones y puede dar rienda suelta a sus instintos más primitivos.



Poco después llegamos a Gijon.

Donde visitamos a dos amigas Yoli e Isabel y comemos como Reyes saboreando la típica sidra asturiana.

Poco despues reanudamos la marcha y nos dirigimos hacia el Cabo de Peñas y a un camping que hay cerca. Nos instalamos y nos vamos a visitar la zona y como no, el faro del Cabo de Peñas.






Volvemos al camping, nos quitamos las botas nos ponemos las chanclas y nos disponemos a mojarnos en el Cantábrico, cosa que nos cuesta un buen paseo porque la marea había bajado y la playa se había retirado unos cuantos metros.



Volvemos al camping que nuevamente presenta la misma fotografía que el otro. Aquí también la gente de la zona se ha establecido y ha convertido el camping en un pueblo y como el otro en este también nos encontramos con unos servicios descuidados y hasta viejos. Incluso hay que pagar por poder usar el agua caliente, algo que no entiendo en absoluto. Realmente esto no debería tampoco ser catalogado como camping ya que para este fin apenas tiene reservados unos pocos metros de cesped.

Nos vamos al bar que hay junto al camping y que entona perfectamente con la zona con música de los años 70 del tipo "Gavilán o Paloma", nos pedimos una ensalada y un par de cervezas, nos vuelven a peinar de nuevo y con las mismas nos metemos en la tienda a dormir.




Día 7. Cabo de Peñas - Viveiro (220 Km)


Tras recoger el campamento bajo una tenue lluvia que amenaza seriamente la mañana buscamos un sítio para desayunar. Parece difícil porque la gente de esta zona parece no tener prisa por comenzar el día, pero la ayuda divina nos lleva hasta un pequeño hotel rural donde el amable dueño nos deleita con un desayuno digno de un Príncipe y con el que nos levanta el ánimo y despeja el cielo de nubes. Mejor comienzo no podíamos imaginar.

A los pocos minutos llegamos a Avilés, bordeamos su ría y la multitud de grandes industrias que la rodean.





A bordo de la N-632 pasamos por preciosas poblaciones como Vegarrozadas, Soto, Muros, hasta que aterrizamos en Cudillero. Seguramente el pueblo más bonito del que hemos podido disfrutar en esta ruta. Sus calles, sus colores, su ambiente y su pequeño puerto te hacen creer que has entrado en una localidad de cualquier película Disney y se me viene a la mente en especial "Mary Poppins".








Tras pasear por el mercadillo y degustar unas ricas cerezas junto al mar, reiniciamos la marcha.
Aún nos quedaba otro regalo divino y no era otro que los kilómetros más sensacionales que se puedan imaginar. La carretera solitaria y rodeada de inmensos bosques de eucaliptos se retuerce como una culebra enfadada lo cual te permite rodar con una inmensa erección mental y no mental.
Dios mío como se disfruta este tramo de carretera que nos lleva directamente hasta Luarca.

Antes seguimos visitando sitios y paisajes de ensueño, tales como la Playa del Silencio, según se puede leer la playa más bella de todo el Cantábrico.






Llegamos a Luarca, otra bonita población de Asturias, con otro bonito puerto y calles repletas de turistas.






Es hora de comer y ¿que se puede degustar en Luarca si no son sardinas?, pues no seré yo quien venga aquí y coma otra cosa que no sean esos peces de agua salada.
Preguntamos y nos mandan a un bonito restaurante al borde del puerto. Nos instalamos y cuando le decimos a la camarera que venimos de Murcia a probar la sardina del norte, nos mira con cara de poker y nos dice que no tienen sardina. Tras desmayarnos y recobrar el sentido la camarera se apiada de nosotros y disimuladamente nos manda a otro bar donde si tienen sardina y casualmente trabaja su novio.

Así que nos dirigimos hasta ese restaurante y pedimos sardinas. Tras decirnos que cree que no le quedan finalmente nos dicen que si y nos disponemos a devorar una docena de esos bichos.




Volvemos a la carretera y seguimos pasando por bonitas localidades asturianas como Navia, El Franco y Castropol. Bajamos la Ría de Ribambo que divide Asturias y Galicía y así entramos en tierras gallegas.



Primero por la N-634 y despues por la N-642 nos llevan hasta Viveiro. Paramos en un supermercado y nos aprovisionamos para la cena y para el desayuno del día siguiente.
Esta parece una localidad viva, joven y con mucho ambiente.

Nos instalamos en el cámping y tras una reconfortante ducha nos regalamos un paseo por su gran playa.



Después cenamos en un gran parque que está junto al camping y aunque esta noche hay fiesta en el pueblo nosotros preferimos descansar y cuando cerca de las 23.00 horas por fin el sol se ha ocultado, nosotros hacemos lo mismo en el interior de nuestra casa.


Día 8. Viveiro - Corcubión (250 Km)


Madrugamos y tras desayunar nos ponemos de nuevo en marcha.

Dos paradas llevábamos especialmente marcadas en el mapa:













Seguimos la línea de la costa pasando por Cedeira y nos encaminamos hacia El Ferrol rodeados de espectaculares paisajes y un verde que sale hasta de debajo de las piedras.



Acompañamos y cruzamos la Ría de Betanzos y llegamos hasta La Coruña. Rodamos junto a la línea de las playas, pasamos junto a la Torre de Hércules y tras perdernos conseguimos salir de la ciudad en dirección a Arteixo (sede de Inditex o lo que es lo mismo de Zara) y Carballo.



...

Todas las indicaciones de calles, lugares o carreteras están escritos exclusivamente en gallego, cosa que no entiendo y que no comparto en absoluto ya que esto dificulta mucho a los que visitamos esta tierra y no solo a los que venimos de España si no que aún más al extranjero que al final va a tener que venir con una biblioteca para poder visitar este país.
Si estás en una región de España bilingüe porque así lo han querido sus habitantes ¿no es más lógico extenderlo a todos los ámbitos y que todos tengan los mismos derechos?, que pena de radicalismo que lo único que te lleva es a encerrarte en tu propia cueva y creerte que no hay más mundo que el tuyo.

Especial mención me gustaría hacer en este momento a más de una pintada que pudimos leer y que decía algo similar a que "el turismo es esclavismo, fuera el turista", y firmada por alguien llamado BNG .... creo que no hace falta comentar nada más.

....


Poco después y con el sol ya en todo lo alto y demostrando que aquí también sabe calentar el ambiente nos dirigimos hacia Malpica lugar donde da comienzo la conocida "Costa de la Muerte".

Acudimos a este bonito pueblo con el recuerdo de hace ya demasiados años cuando visitando toda esta zona recordamos con especial cariño lo bien que pudimos disfrutar del famoso marisco de la zona.
Cuando vemos en lo que se han transformado aquellos bares algo nos dice que la cosa ha cambiado. Hecho que comprobamos cuando nos sentamos en el primer restaurante y nos dicen que no tienen pulpo, ni navajas, ni vieiras, que solo tienen los platos de comida que ellos hacen y que tras mirar su coste nos hacen levantarnos de la silla e irnos al restaurante de al lado.

Preguntamos y nos dicen que por supuesto que tienen navajas y pulpo, así que tomamos asiento en la parte alta de su comedor y cuando nos enseña la carta entendemos que allí tampoco vamos a poder degustar lo que queremos.
Al final casi que obligados nos pedimos una caldereta (38€) y la degustamos no demasiado contentos por la encerrona.
Mientras Alberto Contador se jugaba en la contrarreloj su tercer Tour de Francia, que finalmente conseguiría no sin sufrimiento y un tremendo esfuerzo.




Terminamos de comer y salimos del pueblo para disfrutar de un rato de descanso y que aprovechamos para estirarnos sobre la hierba y a disfrutar del bonito paisaje.



Seguimos la marcha en dirección a Corcubión pasando por pequeños pueblos de la costa gallega.
Cuando llegamos al pueblo comprobamos que se estaba celebrando un mercado medieval con un ambiente impresionante tanto o más que el atasco que había en la carretera. Con la suerte de poder esquivar a la procesión de coches seguimos más adelante en busca del camping.

Por fin lo encontramos y nuevamente comprobamos que se trata de una especie de parque de atracciones, aún así intentamos quedarnos, pero viendo las rígidas normas y sobre todo la hora a la que te dejan entrar y salir del camping decidimos buscar otro alojamiento.

Antes aprovechamos para visitar el faro de Finisterre y saborear algo de la historia e historias que envuelven este mítico lugar, convertido ahora en un lugar de turismo algo desproporcionado.



En una localidad entre Finisterre y Corcubión alquilamos una pequeña habitación en la que ponemos a descansar nuestros huesos tras cenar en la pizzería del dueño de la pensión y también después de pasear por la playa del pueblo.
La moto debe dormir en la calle y aunque nos da algo de miedo dejarla totalmente cargada, la simpática mujer que nos alquiló la habitación y que nos sirvió la cena nos asegura que nadie va a tocar la moto, como de hecho ocurre. No nos entra en la cabeza que algo así pueda ocurrir por nuestra tierra, pero en esta zona aún no saben lo que es la delincuencia masiva y el estado de sitio en el que vivimos por el sur debido a la inmigración masiva y descontrolada.


Día 9. Corcubión - La Guardia (350 Km).


Hoy madrugamos bastante ya que nos espera un día largo porque vamos a recorrer la parte mas abrupta de la costa gallega.

El plácido día que encontramos y lo fresco del paisaje que vamos recorriendo no presagian el sofocante calor que vamos a pasar hoy.



Llegamos a la famosa localidad de Villagarcía de Arosa y tras preguntar donde podíamos degustar algo de marisco, el amable señor gasolinero nos comenta que en ese pueblo que ni se nos ocurra que mejor que nos vallamos a Carril que allí está más barato.

Llegamos a Carril y nos sentamos en una de las bulliciosas terrazas del pueblo y allí por fin podemos probar el pulpo, las navajas y los pimientos de Padrón. No en la cantidad que queríamos ya que las tapas son más bien pequeñas pero lo hacemos a gusto debido al ambiente que hay en el pueblo.
Es 25 de Julio, día de la festividad del Apostol Santiago, fiesta en toda Galicia y eso se nota en el ambiente.


Pasamos por conocidas localidades gallegas, como O Grove, Sanjenjo (en la que parece que toda Galicia esta disfrutando de sus playas), Pontevedra, Cangas y llegamos a Vigo bajo un sol que amenaza directamente con achicharrarnos el cerebro.
Tras perdernos por sus calles conseguimos salir y seguir rodando y así poder seguir viviendo algún tiempo más.



Tras pasar por Baiona y sus abarrotadas playas, enfilamos el último tramo de la costa gallega en dirección a La Guardia donde queremos dormir esa noche.

Llegamos al Camping de Santa Tecla, sin lugar a dudas el mejor camping del que hemos podido disfrutar hasta el momento. Amplio, muy amplio, con césped, con una piscina que nos hizo resucitar, con servicios amplios y tan limpios que cuando aún no has terminado de secarte ya está la señora de la limpieza recogiendo el agua que has derramado.
Con un supermercado digno de cualquier pueblo de la zona y un ambiente sensacional.

Quizas el estar junto a la desembocadura del río Miño sea un pequeño inconveniente ya que los mosquitos que por aquí rondan seguramente son descendientes directos de los que se alimentaban de los dinosaurios, porque conmigo se dieron un festín que ni te cuento.




Bueno, que compramos un par de cervecitas y disfrutamos de ellas sobre la verde alfrombra mientras los mosquitos van cenando conmigo.


El río Miño es quien define la frontera entre España y Portugal y por lo tanto desde el camping se puede ver ya al país vecino así como las columnas de humo que están provocando los incendios que asolan esta parte de Portugal.



Tras cenar y pasear por la zona que resulta ser una reserva de aves muy bien protegida por Medio Ambiente, vemos caer el día cuando son casi las 22.30 horas y aún el sol se resiste a perderse definitivamente.


Día 10. La Guardia - Las Batuecas (425 Km)

Debido a un cambio de planes hoy el día es especialmente largo, así que desayunamos temprano y nos ponemos en marcha cuando aún los moradores del camping duermen.

Cruzamos el río Miño y entramos en Portugal. Otro país y otra historia nos espera, ..... ah y un precio de la gasolina que te quita el hipo.

Quizás sea esta la única señal de límite de velocidad que veamos porque durante gran parte de las carreteras portuguesas los límites están borrados con sprays para luego alegar que no existía tal señal de límite de velocidad. Y es que no veas como conducen aquí. Yo adopto la técnica del piloto de F1 con vuelta perdida, que es dejar pasar al que viene detrás e incluso facilitarle el adelantamiento a toda costa.




Ah, no quiero olvidarme del estado de las carreteras portuguesas, en su gran mayoría están en un estado manifiestamente mejorable, sobre todo en cuanto a la señalización vertical y horizontal y sobre todo en lo que concierne a los cientos de tapas de alcantarillado que pueblan sin orden ninguno el asfalto y que en su gran mayoría están a dos o tres dedos por debajo del nivel de la carretera.


Pronto vemos y sufrimos los tremendos incendios que hay por la zona, ya que el humo de los mismos llega a kilometros de distancia y se nos pega en la cara y manos enegreciéndonos como si de vagabundos se tratase. Preferí no fotografiarnos las caras para así guardar algo de dignidad en este reportaje.




Pronto dejamos atrás los incendios y un espectacular paisaje se destapa ante nuestros ojos, permitiéndonos de nuevo disfrutar con la ruta y la carretera.
A bordo de la N-201 pasamos por Ponte de Lima y Braga.
Aquí tropezamos con un gasolinero seguramente aún dolido por la patada en el culo que le dimos a su selección en el Mundial y porque al final la envidia les corroe al ver que España es campeona del Mundo de Fútbol, jejejejeje.

Después cogemos la N-101 y pasamos por Guimaraes y Felgueiras, para posteriormente empezar a rodar por la zona viñedos de la cuenca del río Douro o Duero.
En este caso se trata del río Tamega, un afluente del Duero.
Son cientos y cientos de kilómetros de viñedos, plantados en valles y pequeñas montañas y que son luego transformados en el famoso vino de Oporto.




Aquí y ante semejante paisaje no tenemos más que parar y disfrutar de él durante unos minutos. Aprovechamos para comprarle a una tierna anciana que tiene un puesto ambulante en la misma curva unos melocotones. Nos da a probar un par de melocotones directamente extraídos del mismísimo paraíso pero luego la muy cuca no mete en la bolsa otros muy distintos, y encima le damos propina. Bueno, que se le va a hacer.





En seguida llegamos a Mesao Frío y nos encontramos con el espectacular y grandioso Rio Duero.
Es espectacular el propio río pero también lo es todo lo que han hecho en sus orillas.

En este punto recuerdo que hablamos de lo bien que se estaba portando nuestra moto ya que a pesar de lo muy cargada que va, de las exigentes carreteras y sobre todo de lo elevado de las temperaturas hasta el momento se estaba portando como una verdadera purasangre y lo mejor es que con toda seguridad lo iba a seguir haciendo.


Empezamos a rodar a su lado y así seguiremos durante muchísimos kilómetros en los que este precioso río nos acompañará.

El río es navegable durante muchísimos kilómetros e incluso llegan hasta aquí muchas embarcaciones españolas, como son estas que están entrando en esta esclusa que sirve para sortear el desnivel de agua que la presa provoca.



En Peso da Regua cogemos la N-222 que por una de las orillas acompaña al río Duero mientras que por la otra lo hacen las vías del tren, hasta que la carretera se desvía hacía San Joao da Pesqueira lo que nos obliga a despedirnos de ese trozo de España.

El paisaje sigue siendo impresionante.


A la hora de comer llegamos a la localidad de San Joao da Pesqueira y a la sombra de un jardín comemos en la soledad del caluroso mediodía.


Reanudamos la marcha en dirección a Vila Nova de Foz y en paralelo a la frontera con España hacía Figueira de Castelo Rodrigo.
Empezamos a ver otro gran incendio y aunque al principio creemos que es en Portugal pronto nos damos cuenta que no, que el incendio es en España y que la carretera va directamente hacia él.






Viendo las dimensiones del incendio y que la carretera se dirige directamente hacia él, paramos en la Aldea del Obispo y mientras nos refrescamos en la fuente decido llamar al 112 para informarme. Me coge la llamada una amable señorita que se lía a hacerme preguntas sin permitirme ni tan siquiera respirar. Cuando le explico el motivo de mi llamada me dice que gracias pero que ya tienen conocimiento de la existencia del incendio, así que antes de que cuelgue le tengo que decir "joder, pero déjame que te explique porque llamo".

Al final me dice que llame a la Guardia Civil si quiero más información y todavía me pregunta mi nombre para hacer comprobaciones, .... esta tía lo mismo se cree que he sido yo el que ha causado el incendio.

Bueno, de nuevo en carreteras españolas nos dirigimos hacia Ciudad Rodrigo, disfrutando de un paisaje ya conocido, salpicado de fincas de toros y vacas y de fincas de cerdo ibérico. Prometo que no robamos ninguno ni tan siquiera le dimos un bocadito a un cerdo.

La carretera nos invitaba a disfrutar al máximo.




Una pequeña parada antes de entrar en el Parque Natural de las Batuecas (Salamanca).


Y aquí según la copiloto mi primo nos mira con cara de burro ¿de donde habrán salido estos?



Sobre las ocho de la tarde llegamos al destino. Se trata de un pequeño camping pero muy cómodo y limpio. Rápidamente nos instalamos y disfrutamos durante un buen rato de la tranquilidad del lugar.


Aprovechamos para recargar pilas, recuperarnos del calor que hemos soportado y despues de unas cervecitas sobre la hierba nos vamos a un restaurante que hay junto al camping, que resulta ser del hermano del dueño del camping (todo en familia).

Entramos y preguntamos que hay para cenar, y el señor nos contesta que en su casa únicamente hay para cenar, ensalada, carne a la brasa y el postre.

Después de pensarlo y debatirlo elegimos ensalada y carne a la brasa. Cenamos solos y estupendamente, después un paseo por la zona y a dormir como reyes.


Día 11. Las Batuecas - Murcia (700 Km).

En principio el final de la etapa de hoy estaba previsto que fuera Navahermosa (Toledo), pero como veras después decidimos rectificarlo e ir de un tirón hasta casa.

Nos levantamos otra vez bien temprano y nos acercamos hasta La Alberca buscando algún sitio donde desayunar. Lamentablemente todo está cerrado salvo el Hostal San Blas. Y digo lamentablemente porque desde luego si lo llego a saber no hubiesemos entrado en ese lugar regentado por un orco de las cavernas.

Ni los buenos días se dignó a dar cuando le saludé, nos puso de desayunar lo que él quiso y no lo que yo le pedí, de malas ganas y con mantequilla más vieja que sus parientes, en una mesa sucia y en una terraza sucia. De mala gana le pagué lo que me pidió (que no fue poco) y nos marchamos del lugar.

De nuevo la carretera y el fresco de la mañana diluyeron cualquier mal gesto que inundase nuestros rostros y rápidamente una gran sonrisa se instaló en ellos.


Llegamos a El Barco de Ávila y comenzamos a bordear toda la sierra de Gredos por su parte norte.





Pasamos por Navalperal de Tormes, Hoyos del Espino, Navarredonda de Gredos y tras pasar San Martín del Pimpollar nos incorporamos a la N-502 y cruzamos así un trozo del Parque Natural.
Seguimos viendo las calles y las casas engalanadas con la bandera nacional, una sonrisa se me escapa con cada una de ellas.


Lamentablemente la zona fue arrasada por un tremendo incendio hace ahora justo un año. El fuego causó estragos en la zona y el paisaje es desolador.


De esta forma nos encontramos lo que antes eran frondosos bosques y que ahora pasarán a ser estanterías, mesas y sillas.


Bajo un sol inhumano llegamos a Talavera de la Reina y a punto de desfallecer la única neurona que aún no se nos había achicharrado nos dice que nos metamos en El Corte Inglés. En su cafetería comemos un menú y nos refrescamos para seguir la carretera.

Media hora despues llegamos a Navahermosa, la que en principio es la meta de hoy, pero lo pensamos mejor y viendo el calor que ya hemos pasado, que estamos en medio de la provincia de Toledo y que hay poco que ver en la zona, decidimos seguir hacia delante y si podemos llegar a Murcia y si no dormir antes. De esta forma evitaremos llegar a Murcia a las horas en las que el sol está intentando desintegrar la tierra.

Empezamos a pasar por típicos pueblos manchegos, con calles desiertas que permiten disfrutar de su encanto con tranquilidad.


Pasamos por Orgaz con su imponente iglesia, Los Yebenes, donde nos tomamos un respiro en una de sus bulliciosas cafeterías.

Aquí hacemos un alto en el camino para ver que son una de tantas cruces que hemos visto en la cuneta de la carretera.


Para esta gente y sus familias no existe la memoria histórica, ni fondos estatales, ni reconocimiento público ni han llegado a existir para determinados partidos políticos o fueron merecedores de una muerte así.
Solo que, si vivieron, si existieron y si fueron víctimas de un enfrentamiento entre dos partes de un mismo pueblo. Conflicto que dividió familias y amigos, que causó víctimas en ambos lados y que sirvió de excusa para cometer crímenes y asesinatos en ambos bandos, .... en ambos bandos y no solo en uno como ahora se nos quiera hacer creer.



Seguramente antes fueron gigantes que atacaban a los viajeros que por aquí circulaban, pero en la actualidad no son más que molinos que adornan las sierras de la zona.


Nos dirigimos a Manzanares y de nuevo lo hacemos con dos viejos conocidos, las vides y el sol que juntos dan origen al rico vino de Valdepeñas.





Pasamos por la muy manchega:



Enseguida enfilamos hacia la provincia de Albacete. Rodando ya con el sol rendido a nuestros pies volvemos a disfrutar de una rica temperatura y eso se nota sobre todo cuando nos introducimos en las sierras de Alcaraz y del Segura.

Estas carreteras son una de nuestras pasiones, las conocemos bien pero sin embargo eso no nos impide recorrerlas con verdadera pasión, sobre todo cuando delante de nosotros se cruzan un par de ciervos y dos crias de javalí que huyen precipitadamente cuando nos ven acercarnos.




Pasamos por un Riopar desierto, repostamos gasolina y nos dirigimos hacía nuestra última y obligatoria parada antes de entrar en Murcia y llegar a casa.

Como otras muchas veces la parada en Elche de la Sierra y la cena de cuernos es obligatoria.

¡¡¡¡¡¡ SI MI HEMBRA ME PIDE CUERNOS, .... YO LE DOY CUERNOS !!!!!!!





Despues de la que es seguramente de las mejores cenas de las que hemos disfrutado en todo el viaje nos subimos por última vez en nuestra Sportster y nos dirigimos hacia casa, a donde llegamos contentos por los vivido y por haberlo finalizado sin ningun contratiempo y tristes porque este sueño ha acabado y solo queda despertar.

Han sido algo más de 4000 kilómetros de los que apenas unas decenas han sido por Autovía y el resto por carreteras nacionales o comarcales, en los que hemos visitado a queridos amigos, y en los que hemos disfrutado sin lugar a dudas de los sitios, pueblos y paisajes más bonitos de este gran país.
Como el año pasado una especial mención al extraordinario estado en el que nos hemos encontrado la inmensa mayoría de carreteras por las que hemos circulado, desde luego que es un placer rodar por ellas.



Gracias y un saludo a todo aquel que haya tenido los "santos cojones" de haberse leído todo este tochazo.
Si lo has hecho sin lugar a dudas te mereces la cerveza a la que te voy a invitar cuando nos veamos.